23 de noviembre de 2012

Capítulo 21: Miedo, dolor e ira


SHINOM

MASCHERA NOBILE

Shinom traga saliva al ver aquella presencia que siempre le ha acompañado delante de él.

“Y pensar... que siempre has estado allí para fastidiarme...” Piensa él mientras recuerdos vuelven a su cabeza.

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Shinom es pequeño. Tiene 6 años y camina por la entrada de un colegio. Los niños y los profesores le miran.

– ¡Mira ese chico! Tiene el cabello blanco... ¡Seguro que es un friki! ¿Acaso pretende llamar nuestra atención... – Murmuran los niños de fondo mientras lo ven pasar.

– Ese chico seguro que nos dará problemas... Seguramente es un rufián... ¿El director permite a estos chicos entrar en el colegio? – Cuchichean los profesores al verle dirigirse.

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Ahora un vago recuerdo de cuando él tenía tres años. Está arropado en la cama, con los ojos abiertos de par en par y está llorando. Se tapa todo su cuerpo, como si fuera un capullo o una especie de protección y le dá la espalda a su habitación. Detrás de él se encuentra una sombra con forma de demonio, con los mismos ojos y la misma sonrisa que Limbo.

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Más mayor, con ocho años, Shinom está comiendo solo, a la sombra de un árbol.

– Me da pena... ¡¿Pero qué dices?! ¡¿No sabes quién es?! Le llaman el demonio blanco... ¿El niño que está en la Yakuza?... ¡Así es! Él solo se lo ha buscado... – Comentan un grupo de chicas que lo observan a lo lejos.

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Ahora con 10 años, él está tirado en el suelo, sangrando. Se levanta poco a poco, mientras su cara enseña deformada por los golpes. Un grupo de niños le miran con rabia.

– ¡¡Eso te pasa por ser tan desgraciado!! – Comenta el que parece el líder. Shinom, como puede, se pone de pie.

– ¡¡¿Ahora no eres tan duro, eh?!! ¡¡Demonio blanco!! – Le comenta otro, desde el fondo.

– ¡¡Shinom, defiéndete!! – Le grita Orihime, quien intenta rescatarle, pero es interceptada por otros dos chicos.

– Vamos niña, no tienes nada que hacer aquí... – Le comenta uno de los que la retiene.

– No pienso defenderme... – Y tras decir esas palabras le pegan un fuertísimo puñetazo en la cara que lo tumba al suelo. Tose sangre y se predispone a levantarse de nuevo. – Yo no soy un demonio... no voy a darles ni un solo motivo para que piensen eso...

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Con 14, en un puente y rodeado de fuego y humo,Shinom yace en el suelo, con múltiples cortes, con la ropa manchada de sangre y con un agujero enorme en en las mismas, tanto de la parte de delante como la de detrás. Alza la vista, sin poder levantarse y contempla la figura de una mujer de cabellos negros.

– ¿Por qué... me buscan a mí? – Pregunta él como puede.

– Tú no nos importas... solo queremos lo que llevas dentro... – Le explica la mujer con un tono frío.

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Otra vez en aquella extraña sala, delante de Limbo. Shinom le observa serio.

“Durante toda mi vida... sufrí por su culpa...” Piensa Shinom.

– Llevo años esperando esto...– Comenta Shinom.

– Sí, será divertido... pero corto... – Comenta Limbo con su eterna sonrisa.

¡LA BATALLA QUE SIEMPRE HA LLEVADO CONSIGO MISMO AL FIN LA PODRÁ LIBRAR CON SUS PUÑOS!


Capítulo 21: Miedo, dolor e ira

Shinom se mueve a toda velocidad y le lanza un puñetazo a Limbo. Él, simplemente moviendo la cabeza, esquiva el golpe. Acto segundo, Shinom coloca su mano plana y, con el mismo brazo que lanzó el puñetazo, intenta romperle el cuello a su adversario, quien simplemente echa la cabeza para atrás dejando pasar el brazo.

Con la mano que le queda libre, la izquierda, Shinom intenta golpearle en el estómago, pero Limbo lo detiene con su mano derecha. Aprovechando la incertidumbre del combate, intenta golpearle del revés con su mano libre, pero su contrincante logra atraparle el antebrazo con su otra mano.

– Jajaja – Ríe Limbo. – ¿Eso es todo?

– Eso se está por ver...

Y acto seguido Shinom le propicia un cabezazo en la frente de Limbo, pero de forma extraña el cuello de él se estira y la cabeza sale disparada a raíz del golpe, como si fuera de goma. Entonces la cabeza de Limbo vuelve a toda velocidad y golpea la de Shinom, haciéndole volar varios metros hacia atrás. Él, incrédulo, se pone de pie y observa a su adversario reírse.

– ¿Pero qué...? – Se pregunta sin comprenderlo.

– Soy un espíritu, por así decirlo, no tengo por qué cumplir las leyes de la física.... – Entonces sus ojos cambian, pasan de ser perfectamente redondos a estar medio triangulados, como si estuviera furioso. Además su sonrisa pasa a tener una especie de dientes triangulares bastantes siniestros. – Ahora me toca a mí...

****

Shinom está atado a una silla, junto con unas máquinas que les dan aire y le monitorean el pulso. Además, está atado por varias cadenas de plata con cruces cristianas entre las anillas y en el suelo hay dibujado un pentagrama junto con un círculo que son palabras en latín que giran en torno al símbolo.

Cada una de las cadenas está aferrada a la pared, excepto por una, que se dirige hacia un cetro cristiano dorado, con una cruz cristiana en la parte superior. Este cetro es sostenido por un individuo extraño, va vestido con ropas blancas, con bordados rojos y encima lleva una sotana con una cruz roja dibujada en el pecho y en la espalda. El sujeto es rubio, con el cabello corto y parece tener alrededor de 30 años.

– Señor Hamilton, deberíamos ponernos en marcha con el ritual... – Sugiere el hermano de Joiiko un tanto inquieto.

– Serénate, Ichiro. Siempre es bueno prepararse varios ases bajo la manga por si el ritual de exorcismo no funciona... Sobre todo cuando se trata de un demonio. Tengo que preguntarte una cosa antes de comenzar... ¿Le conoces? – Le pregunta con cierto miedo a la respuesta.

– Indirectamente, sé que trata con nuestra hermana, Joiiko, por ello pedí auxilio, no me gustaría que ella se viera involucrada... – Comenta el hermano un tanto apenada. Joiiko está en la capilla limpiando. – No me gustaría que sufriera viendo a un amigo en este estado...

– Ya veo... – Dice con un tono un tanto frío. – Si esto no funciona... y si todo sale mal... ¿sabes que probablemente necesite la ayuda de ambos, no? – Le pregunta mirándolo de reojo.

– Hai – Murmura frunciendo el entrecejo.

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Shinom está jadeando, detrás de la base de una columna destrozada, rodado de trozos de columna que han sido destrozado durante la batalla.

“Esto es patético... He estado corriendo durante toda la batalla... Pero...” Entonces se asoma y observa la silueta de de limbo, de su cuerpo salen al menos 20 brazos o más que se alargan como si fueran tentáculos. “Nadie puede luchar contra eso” Vuelve a ocultarse. “Debo pensar un plan para...”

Un enorme puño negro, de al menos tres metros de altura y cuatro de ancho, destroza la columna donde se escondía Shinom, golpeándolo a él también y estrellándole contra otra columna más adelante.

– ¿Un Cáliban que no puede ni defenderse de su demonio? ¿Es que no tienes orgullo? – Le comenta Limbo mientras sonríe. Entonces de sus manos se comienzan a generar bolas rojas del tamaño de un balón de baloncesto. Al verlo Shinom se asusta – ¡¡Desaparece!!

Más de veinte Demond Fire son lanzadas hacia Shinom, quién corre a toda velocidad. Las veinte impactan haciéndole volar por los aires y cayendo mal herido en el suelo. Él intenta levantarse, pero le tiemblan los músculos. Allí es cuando cuatro manos lo agarran de cada extremo, alzándolo, y las demás comienzan a pegarle con sania.

Shinom queda hecho un desastre, lleno de chichones y sangre, respirando con dificultad. A pesar de ello intenta moverse.

– No voy... a perder... contigo... – Intenta balbucear.

– Parece que eres persistente... – Entonces todos los brazos le rodean y lo envuelven como si fueran serpientes, estrujándolo.

– ¡¡Ahhg!! – Gime de dolor y vomita sangre.

Otro brazo sale de Limbo y la mano de éste se vuelve gigantesca y, poco a poco, comienza a generar una bola roja de la escala de esa mano.

– Esto destruirá todo lo que queda de tu espíritu... – Dice con una voz aterradora, distinta a la de antes, propia de un ser horripilante.

Shinom mira la esfera con resentimiento mientras esta es lanzada hacia él.

****

Mientras tanto, en aquella sala oculta de la capilla, Hamilton está orando un hechizo, cuando de repente se detiene y suelta el cetro aterrado.

– ¿Qué sucede señor? – Le pregunta asustado Ichiro.

– Él... – Señala a Shinom tembloroso.

Ichiro se gira y siente un escalofrío recorrer su cuerpo. Shinom está de pie, encadenado, con una sádica sonrisa y una densa aura negra que rodea su cuerpo. Dos ojos rojos que parecen estar ardiendo o hechos de fuego en sí, se pueden ver brillar a través de esos cabellos.

– Hay un pasaje en la Biblia que siempre he querido parafrasear... – Murmura Shinom, pero la voz es la de Limbo. – ¡¡Que se haga el caos!! – Sonríe y sus ojos brillan aún con más identidad.

****

La capilla explota. Joiiko está tumbada en el suelo. Abre los ojos poco a poco y puede ver, apenas, una silueta, la de Shinom rodeado de fuego y dos ojos brillando entre las llamas.

¿SHINOM HA SIDO DERROTADO OTRA VEZ? ¿ACASO EL SU DEMONIO HA RESURGIDO CON TODO SU PODER?


Continuará...

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